Hoy, nuestro post tiene una sensibilidad especial, porque el amor, que no sabe de reglas, supo colarse en dos corazones, el de Nuria y Virginia. Y ese sentimiento, rodeado de emociones y miradas cómplices construyó esta hermosa boda. Y utilizo el verbo «construir» por que crear  y dar forma a los deseos de esas novias que confían en mí, es uno de mis retos diarios.

Ramos de Novia

Dos estilos completamente diferentes, uno romántico y tradicional, el otro atrevido y dinámico. Uno que resalta la personalidad más atrevida, mientras que el otro evoca la dulzura de quien lo lleva entre sus manos.

Tocado

Los tocados son tendencia este año en las bodas, porque dan fuerza y belleza a quien se los pone. Agradecer a Manuel Ballesta Peluqueros estas fotos donde muestran cómo de guapa iba una de las novias.

La ceremonia

El enlace se celebró en los jardines del Restaurante Carlos, en un ambiente donde el predominio del color amarillo se hizo el protagonista, aunque nuestras novias, no lo dejaron, y fueron ellas las que, con su dulzura, su saber estar y esa ilusión que radiaban ambas, fueron ellas las que más llamaron la atención el día de su boda!!

El banquete

Y, ¿qué es una boda sin una celebración frente a una mesa? Risas, recuerdos y algún que otra lágrima que se dejó caer en este día tan especial para Nuria y Virgina. Con esta decoración tan personalizada que eligieron para este día. Música y algo que no podía faltar: los colores del #orgullo en forma de abanicos.

Y ahora… con un poquito de nostalgia por el momento de «después» solo me queda agradeceros esta gran experiencia a vuestro lado.  Y a tí, lector que nos lees, te agradecería que si también te ha gustado, compartieras este post.